¿Cuál es la mejor edad para empezar a aprender música?

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La música es una de las bellas artes con mayor popularidad en todas las sociedades del mundo.

Son muy pocas las personas que son indiferentes a ella, pues está demostrado que el ser humano es un ente musical por naturaleza.

Por si fuera poco, su influencia puede verse en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Aprender esta disciplina no solo nos brinda el acceso a un mayor nivel cultural, sino que también ayuda a desarrollar nuestras capacidades cerebrales.

Además de estos dos beneficios, esta actividad puede ser ejercida como una profesión, la cual es, por cierto, una de las más lucrativas que existen. Por todos estos motivos, es de suma importancia fomentar la educación musical en los niños.

¿Por qué procurar la educación musical de los niños?

Aunque no es una regla universal, un niño que recibe educación musical suele desarrollarse con mayor plenitud que uno que no tuvo esa oportunidad.

Aunado a esto, podemos mencionar los siguientes beneficios que el niño adquirirá con esta formación:

  1. Su creatividad e imaginación aumentan.
  2. Su vocabulario se hace más rico y amplio.
  3. Aumenta su independencia y pueden valorarse a sí mismos de forma más objetiva.
  4. Sus habilidades socioemocionales se ven potenciadas.
  5. Mejora su retentiva y su capacidad de análisis ante situaciones abstractas.

Como podemos ver, las ventajas y beneficios son muchos.

Sin embargo, para convencernos de todo esto, vale la pena echar un vistazo a cómo los niños adquieren el conocimiento musical.

La inteligencia musical en los niños

El cerebro de un niño saludable es una máquina increíble de absorción de conocimientos.

Cada día que pasa en la vida de estos pequeños individuos representa una carga de aprendizaje inmensa.

Dicho cúmulo de aprendizajes sería complicado de adquirir por un adulto con la misma velocidad que un infante lo hace.
Hablando en términos musicales, los niños suelen ser más receptivos que los adultos. Esto obedece a que sus órganos sensoriales están en plenitud.

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Dicha situación, en muchas ocasiones, no es posible en los adultos.

Podemos citar muchos ejemplos cómo, de forma natural, un niño puede asimilar mejor el conocimiento musical.

Mostramos a continuación algunos:

  • Identificación de melodías. Los niños, al ser niños, no necesitan muchas explicaciones para entender la diferencia entre una tonalidad mayor o una menor.Tan solo basta exponerlos a estas y ellos serán capaces de identificarlas por asociación. Un adulto, por el contrario, requiere explicaciones detalladas y ejemplos que podrían retrasar su proceso de aprendizaje.
  • Adquisición de métrica. La métrica está asociada con el desarrollo motriz. Un adulto, por lo general, ya tiene desarrolladas sus capacidades motrices al máximo.Por tanto, exigirle que haga un esfuerzo extra suele complicar su aprendizaje y motivación. Esto no sucede en los niños, pues su habilidad motriz se encuentra en desarrollo y puede moldearse a sus necesidades.
  • Memoria musical. Esta habilidad, al implicar recordar cosas, es más susceptible de desarrollarse en los niños que en los adultos. Esto sucede porque los adultos suelen olvidar información con mayor facilidad que los niños.

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Definiendo la edad perfecta para aprender esta disciplina

Hasta el momento, nada se ha dicho de la educación musical en adultos. Esta no es una labor tan sencilla como parece.

Aunque los adultos poseen una gran cantidad de conocimiento empírico que les puede ayudar a lograr su cometido, los resultados no siempre son lo esperado.

En primer lugar, hay que tomar en cuenta que estudiar un instrumento musical requiere un nivel de compromiso sumamente elevado.

Esta cantidad de disciplina puede ser adquirida más fácilmente por los niños, pues se encuentran en etapa de formación.

Esto es una ventaja sobre los adultos que ya tienen una formación determinada.

Sabiendo ya que el aprendizaje suele ser más sencillo y natural en los niños, conviene definir la edad en la cual esta actividad sería óptima.

En general, podemos considerar las siguientes etapas:

  • Etapa de iniciación musical. Aunque puede desarrollarse en cualquier momento de la infancia, es recomendable que esta se tome entre los 4 y 5 años de edad. En esta primera etapa, los niños comienzan a identificar sonidos y cómo combinarlos para formar melodías.
  • Etapa de instrumentos de iniciación. Esta debería abordarse entre los 6 y 7 años de edad. Durante este tiempo, se puede acercar al niño a instrumentos de sencilla ejecución. Esto le permitirá identificar cómo su instrumento puede producir música.
  • Etapa de solfeo e instrumentos de especialización. Este periodo puede comenzar a los 8 años y continuar hasta la adolescencia.

    Durante este tiempo, el niño comprenderá todos los elementos que componen la música.

    Cómo componer e interpretar y desarrollará una técnica para ejecutar el instrumento que haya elegido. Incluso, si lo desea, podrá explorar otros instrumentos para complementar su educación.

La enseñanza de música es de suma importancia para nuestros niños. No solo podrán ellos encontrar una hermosa actividad, sino que esta les ayudará a definirse como personas.

Finalmente, estas habilidades les ayudarán a apreciar de una forma más profunda y analítica el mundo que les rodea.